LA HIGIENE PERSONAL
Las normas de higiene son una base importante en la educación de
nuestros hijos. Es importante mantener una buena presencia.
Debemos inculcar a nuestros hijos la costumbre de la ducha diaria.
Si son muy pequeños podemos enseñarles a bañarse y que aprendan
cuales son las partes de su cuerpo a las que deben prestar mayor
atención: las cabeza, las axilas, el cuello, la zona genital, las rodillas
y los pies.
Yo pruebo a decir arriba españa con un brazo y arriba siempre con el otro.
Antes de ducharse hay que preparar la ropa para evitar tener que
salir del baño.
Hay que enseñarles a secarse bien, a repasar la limpieza de las uñas
y de las orejas, y para terminar, enseñarles a dejar el baño limpio.
Acostumbrarles a dejar la ropa sucia en su lugar.
La higiene personal no sólo abarca la ducha sino que debemos
preocuparnos también de otros aspectos.
La higiene bucal es muy importante a dos niveles: a nivel estético y
a nivel de salud. Mantener una boca limpia es evitar problemas de
caries, sarro y otros futuros problemas en la boca. Hay que
acostumbrarles desde muy pequeños a cepillarse los dientes después
de cada comida y enseñarles a hacerlo de forma correcta.
En el caso
de no saber cómo hacerlo, lo mejor es consultar con nuestro dentista,
lunes, 29 de febrero de 2016
Compartir y ayudar en casa
La familia ha sufrido una gran transformación y como tal la
colaboración en casa es tarea de todos. A los hijos hay que
enseñarles desde pequeñitos a participar y apoyar en las tareas, que
dependiendo de su edad, sean capaces de llevar a cabo.
Cualquiera puede hacer una cama, recoger la mesa o poner un lavaplatos. Entre las tareas que podemos enseñar a nuestros pequeños, poco a poco podemos citar algunas (aunque los padres sabéis mejor que nadie, y en función de la edad del niño, que se les puede encargar y que no): -Orden en el cuarto: ordenar los juguetes y demás trastos que pueda haber en su habitación. Enseñarle a tener en orden la habitación después de jugar.
Si es un poco más mayor, enseñarle a tener ordenada también su ropa, sus libros, sus zapatos, etc. -Hacer la cama. Siempre antes de irse al Colegio hay que enseñarles a dejar la cama hecha y arreglada. Aunque se equivoquen y al principio les salga mal. -Recoger siempre después de cada comida. Hay que dejar el plato, el vaso, los cubiertos, etc. en el lavavajillas o en el fregadero. -Colaborar en algún tipo de tarea simple (dependiendo de la edad) en las tareas de la casa: barrer, limpiar cristales,... -Hacer de pinches de cocina (que además les encanta). Habrá que darles tareas poco peligrosas y sencillas.
Cualquiera puede hacer una cama, recoger la mesa o poner un lavaplatos. Entre las tareas que podemos enseñar a nuestros pequeños, poco a poco podemos citar algunas (aunque los padres sabéis mejor que nadie, y en función de la edad del niño, que se les puede encargar y que no): -Orden en el cuarto: ordenar los juguetes y demás trastos que pueda haber en su habitación. Enseñarle a tener en orden la habitación después de jugar.
Si es un poco más mayor, enseñarle a tener ordenada también su ropa, sus libros, sus zapatos, etc. -Hacer la cama. Siempre antes de irse al Colegio hay que enseñarles a dejar la cama hecha y arreglada. Aunque se equivoquen y al principio les salga mal. -Recoger siempre después de cada comida. Hay que dejar el plato, el vaso, los cubiertos, etc. en el lavavajillas o en el fregadero. -Colaborar en algún tipo de tarea simple (dependiendo de la edad) en las tareas de la casa: barrer, limpiar cristales,... -Hacer de pinches de cocina (que además les encanta). Habrá que darles tareas poco peligrosas y sencillas.
lunes, 15 de febrero de 2016
La gratitud
La gratitud
La gratitud es uno de los valores más apreciados y respetados a la hora de educar a los niños. El aprender a dar las gracias o agradecer aporta bienestar y reconocimiento a los niños. Como todos los demás valores, se enseña a dar las gracias con el ejemplo, modelando para los niños nuestras propias acciones de agradecer. Padres agradecidos y considerados criarán a hijos agradecidos y considerados.
Se puede enseñar y practicar la gratitud de distintas maneras y en diferentes momentos del día. A la hora de educar a tu hijo en la gratitud, es importante que consideres la edad que tenga él. Sigue algunos consejos:
1- Hay que tener en cuenta que los niños menores de 2 años no entienden cuál es el sentido de dar las gracias. Pueden decir “gracias”, pero será más como una repetición de lo que le pidas de lo que realmente sienta él.
3- El ejemplo, tanto de los padres como de los educadores, es fundamental a la hora de inculcar este valor a los niños. El mejor profesor para enseñar gratitud a tus hijos eres tú.
4- Los niños deben aprender a dar las gracias no solo por lo material, sino también por algún gesto que hayan tenido con ellos. Gracias por tenderme la mano, por dejarme pasar, por llamarme, por haberme preparado el desayuno, la comida o la cena, etc.
5- Se debe enseñar a los niños a dar las gracias por las pequeñas cosas o acciones. También a que sean agradecidos consigo mismos, por pequeños esfuerzos como hacer la cama, hacer la mochila, hacer los deberes, etc. Aparte de eso, también podemos enseñarles a dar las gracias por la camita tan buena que tienen, por su familia, hermanos, por su colegio, profesor(a), amigos… Eso les enseñará a valorar todo lo que tienen.
6- En el colegio, es muy importante que los educadores reconozcan el esfuerzo de los niños, dándoles las gracias algunas veces.
7- Dar las gracias a las cosas positivas que les ocurre, incita a los niños a hacer siempre el bien. Debemos enseñar a un niño a ser agradecido no solo con palabras sino también con detalles, gestos, sonrisas, besos y abrazos…
8- A la hora de la cena, un buen ejercicio es charlar con los niños y preguntarles cuál ha sido el momento del día por lo que más le gustaría agradecer.
9- Otra idea es dar responsabilidades a los niños como recoger sus juguetes o ayudarte a poner la mesa, para que luego ellos se sientan valorados cuando les demos las gracias.
10- Otra sugerencia sería enseñar a los niños a elaborar tarjetas de agradecimiento en su fiesta de cumpleaños, por la presencia de cada amigo. Podría ser un dibujo o un simple mensaje de gracias.
lunes, 1 de febrero de 2016
Comer como una princesa
Comer como una Princesa
Los niños, como niños que son, se comportan de una forma un poco “desordenada” en la mesa, o bien, podíamos decir de una forma inquieta. Es normal, pero siempre dentro de unos límites. En la mesa hay que enseñarles a comportarse con una cierta educación y compostura. Nunca es tarde para empezar, aunque vale la pena aprovechar sus primeros años.
1.-Aprendo a comer correctamente. Antes de sentarnos, nos lavaremos las manos. Esperaremos a que se sienten primero los mayores y a que ellos empiecen a comer. Al sentarnos cogeremos la servilleta y la colocaremos en el regazo. La servilleta se usa antes y después de beber. Si nos levantamos de la mesa, la servilleta debe quedarse en nuestra silla. Los cubiertos comienzan a utilizarse desde fuera hacia dentro. La cuchara no debemos cargarla mucho, para que no se nos caiga su contenido. Cuando hacemos una pausa en mitad de la comida, los cubiertos se apoyaran sobre el plato nunca encima del mantel. Cuando terminamos de comer, los dejamos dentro del plato con el mango hacia uno mismo. Nunca se debe jugar con los cubiertos. El pan se coloca a la izquierda y se parte con la mano en trozos pequeños. Nunca se muerde con la boca. Nuestra postura en la mesa no tiene que ser rígida ni tampoco desgarbada. No se apoyan los codos sobre la mesa.
Los niños, como niños que son, se comportan de una forma un poco “desordenada” en la mesa, o bien, podíamos decir de una forma inquieta. Es normal, pero siempre dentro de unos límites. En la mesa hay que enseñarles a comportarse con una cierta educación y compostura. Nunca es tarde para empezar, aunque vale la pena aprovechar sus primeros años.
1.-Aprendo a comer correctamente. Antes de sentarnos, nos lavaremos las manos. Esperaremos a que se sienten primero los mayores y a que ellos empiecen a comer. Al sentarnos cogeremos la servilleta y la colocaremos en el regazo. La servilleta se usa antes y después de beber. Si nos levantamos de la mesa, la servilleta debe quedarse en nuestra silla. Los cubiertos comienzan a utilizarse desde fuera hacia dentro. La cuchara no debemos cargarla mucho, para que no se nos caiga su contenido. Cuando hacemos una pausa en mitad de la comida, los cubiertos se apoyaran sobre el plato nunca encima del mantel. Cuando terminamos de comer, los dejamos dentro del plato con el mango hacia uno mismo. Nunca se debe jugar con los cubiertos. El pan se coloca a la izquierda y se parte con la mano en trozos pequeños. Nunca se muerde con la boca. Nuestra postura en la mesa no tiene que ser rígida ni tampoco desgarbada. No se apoyan los codos sobre la mesa.
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